Escena que forma parte de una serie de veinte cuadros dedicados a san Francisco de Asís. Representa a san Francisco comiendo con santa Clara y otras monjas y frailes. El santo habló con tanta bondad y amor de Dios durante la cena, que bajó sobre los comensales la abundancia de la Gracia Divina, que era tanta que desde el pueblo de Asís parecía que salieran llamas del convento. A mano derecha de la composición se observa cómo la gente del pueblo corre para apagar este fuego, de apariencia real. De la obra destaca el delicado tratamiento naturalista de los objetos y viandas representadas así como la expresión y el juego de miradas de los personajes, hechos que denotan la destreza técnica del pintor. Antoni Viladomat es el pintor más importante de la primera mitad del siglo XVIII en Cataluña. Su propuesta estética cuaja en una sociedad que recupera el dinamismo social, económico y cultural tras el estremecimiento de la Guerra de Sucesión.
