La Virgen María situada en el centro de la composición con los brazos en actitud de ruego, rodeada por once apóstoles que contemplan la paloma del Espíritu Santo, situado en la parte superior de un espacio arquitectónico. El conjunto, que narra los quince misterios de la Virgen del Rosario, es uno de los trabajos más significativos de Joan Grau, el autor más representativo de la escuela de escultura barroca manresana. En este retablo, el escultor demuestra un gran dominio del alto relieve y las figuraciones.