Iniciamos la sección con una de las obras más destacadas de la colección, la Flagel·lació de Crist de Joaquín Juncosa que forma parte de las adquisiciones de la Colección Nacional de la Generalitat de Catalunya para el Museu del Barroc.
Joaquim Juncosa y Donadeu (Cornudella, 1631- Escaladei, 1708), se considera uno de los pintores más célebres de la segunda mitad del siglo XVII en Catalunya. Desgraciadamente, tanto las noticias como las obras de este autor son escasas, además, se han realizado pocos estudios que nos permitan profundizar sobre la vida y obra del artista.
Joaquim, que provenía de una familia de pintores, era monje cartujano en la Cartuja de Escaladei e hizo una estancia de siete años en Roma donde se cree que aprendió de los maestros italianos las técnicas del oficio. Su condición de monje favorecía su movilidad, lo que le permitia poder ponerse en contacto con otras escuelas artísticas. Más allá de Roma, Joaquim Juncosa, también pasó una temporada en Mallorca, donde pintó un destacado conjunto de obras para la Cartuja de Jesús de Nazaret de Valldemossa.
Desafortunadamente, tal y como ha ocurrido con otros artistas del barroco en nuestro país, gran parte de su obra fue devastada por las diferentes oleadas de destrucción, desamortizaciones o saqueos a causa de los conflictos bélicos del momento. Según apunta Francesc Miralpeix, todavía hoy la vida y la obra de Joaquim Juncosa está llena de sombras y de atribuciones poco acertadas. Pero sí se conserva fechado y documentado el conjunto mallorquín anteriormente mencionado dedicado al ciclo de los misterios del Rosario.
Según Miralpeix, este ciclo es una de las mejores producciones de pintura barroca en Mallorca, y permite observar la potencia y originalidad de la propuesta creativa de Juncosa. De hecho, en la pintura de la Flagel·lación del artista en Valldemossa, se evidencia, según Miralpeix, como la prueba definitiva para sostener la paternidad de la obra del Museu del Barroc a través de una composición, estilo, color y fuerza expresiva de los personajes casi idénticos.
La Flagel·lació de Juncosa que podemos ver en el Museu del Barroc nos muestra algunas de las características esenciales de la pintura barroca. En rasgos generales, se trata de una obra de colores intensos que se mueven entre la gama de los tostados, presenta una pincelada enérgica y variedad en la disposición de los personajes. Juega con los contrastes lumínicos y con un gran dinamismo y teatralidad en las posiciones y movimientos de los cuerpos y figuras. El tratamiento de la luz invita a centrar la vista en el acto de la flagelación, mientras los personajes que no están directamente involucrados en la escena, quedan en la penumbra. Es destacable también el tratamiento anatómico de los cuerpos, así como el dinamismo que presentan, especialmente, los esbirros que están flagelando a Cristo, que pese a la crudeza de la escena, presentan el rostro sereno sin muestra de sufrimiento.
Gracias a esta cesión por parte de la Generalitat de Catalunya, el Museu del Barroc pone al alcance de la ciudadanía una de las pocas obras conservadas de Joaquim Juncosa y contribuye a dar valor a la figura y la obra de este destacado pintor de la segunda mitad del siglo XVII.